DR CARLOS BASANTA.*
EL ESTADO DEBE GARANTIZAR
EL ADECUADO USO DE LAS MEDICINAS,
VIGILANDO CALIDAD Y PRESCRIPCIÓN
Absorto en la revisión de los tomates en la rutina sabatina de compra de hortalizas, me sorprende una voz desconocida; usted no es el doctor Basanta, el que escribe en el periódico?, asiento con la cabeza y continua hablando la persona, una mujer de mediana edad, de aspecto agradable, y no sigo describiendo para evitarme problemas con mi costilla. Mire usted leyó lo que aprobaron en el tribunal supremo hace pocos días, hasta para comprar unas simples vitaminas se debe llevar un récipe medico; debería usted hablar sobre eso, ya no encuentran que inventar, allí se lo dejo; apurando el paso para agarrar los primeros puestos en la cola de la caja sin darme tiempo a pronunciar palabras. La dama se refería a un dictamen del TSJ que salió publicado el 24 de abril del 2012, donde se ordena el expendio de algunos productos vitamínicos utilizados para el embarazo mediante el récipe médico.
El dictamen del máximo tribunal con relación, a este grupo de compuestos con vitaminas, específicamente Materna, Maternavit, Nutrimami y de cualquier otro producto del mismo ramo para su expendio con récipe médico, responde a una demanda contra el Estado venezolano por órgano del entonces Ministerio de la Salud y Desarrollo Social, la Dirección General de Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria y, Dirección de Higiene de los Alimentos, en defensa de los derechos e intereses difusos de todas las venezolanas grávidas o en estado de postpartum que hayan consumido, consuman o puedan consumir estos productos; la acción judicial se basó en el hecho inconcebible de 2 clasificaciones distintas provenientes de 2 órganos adscritos al ministerio mencionado para la comercialización del producto en el mismo expediente; por un lado el Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”, órgano técnico competente conforme con la normativa vigente para clasificar y otorgar la debida autorización, determinó que era una especialidad Farmacéutica, léase, fármaco, y el ministerio autorizó la venta como complemento alimenticio.
Lo que diferencia a una especialidad farmacéutica de un suplemento alimentario, es la cantidad de vitaminas que contienen. Un complemento dietético nunca pude superar las cantidades diarias establecidas, mientras que todo aquel que la supere, debe ser considerado como fármaco por todos los riesgos que ello implica, en efectos adversos, e intoxicaciones en algunos casos, y requiere una mayor complejidad de trámites para su registro y permisología. Es bueno aclarar para evitar malos entendidos que las vitaminas son indispensables para el organismo y nuestro cuerpo no las produce. Por lo cual deben ser administradas de fuentes externas como alimentos frutas y vegetales, siendo sus requerimientos muy mínimos, garantizados en la mayoría de los casos por una dieta equilibrada. Salvo excepciones como en el caso de mujeres embarazas, ancianos problemas de absorción, entre otras entidades; siendo necesario en estas condiciones bajo prescripción médicas complementar las carencias con medicinas y no alegre y comercialmente como ha sido la tendencia.
Es responsabilidad, es obligación del estado, garantizar el adecuado uso de los medicamentos, supervisando su elaboración y prescripción, fomentando una cultura que tienda progresivamente a evitar la automedicación y además en la otorgación de los registros, asegurar la calidad de los productos, con estudios que evidencien su efectividad. El relajo que existe con la prescripción, uso y ventas sin control de medicamentos obedece a desidia oficial, porque tenemos las regulaciones al respecto en muchas leyes; la ley de medicamentos del 2000, en su Artículo 1 señala: Esta ley regulará todo lo relacionado con la política farmacéutica, a los fines de asegurar la disponibilidad de medicamentos eficaces, seguros y de calidad, así como su accesibilidad y su uso racional a todos los sectores de la población en el marco de una política nacional de salud. De allí que lejos de criticar la medida del TSJ, considero que se deben revisar, todos los mecanismos de otorgamientos de registros sanitarios para evitar estas contradicciones que dieron origen al tema, donde por todos los pasos que se obviaron al considerarse los medicamentos aludidos como suplemento alimentario en su registro, algunas muy buenas y lujosas vacaciones pudieron haberse disfrutado.
PILDORAS DE TU MEDICO
· Con la salud no se juega y con los medicamentos tampoco, somos muy dados a la automedicación, evitarla sería una interesante contribución como parte de un estado.
· La problemática de los medicamentos en nuestro país es diversa, por un lado tenemos el mal uso y la inadecuada prescripción de los medicamentos legalmente registrados, y por otro lado los medicamentos ilegales, aunados a la transformación de la medicina natural complementaria en sustitutiva, que vienen realizando algunos médicos y empíricos, bajo la tutela de poderosas transnacionales, ante la mirada cómplice por acción u omisión de los órganos contralores y reguladores
· Es necesario que se exijan los estudios de Bioequivalencia establecidos en la ley a los medicamentos genéricos y de bajo costo para garantizar una accesibilidad de calidad a los medicamentos, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad.
VACUNA CONTRA EL ESTRÉS
Una mujer con muy mal aspecto entra a la farmacia y pide al farmacéutico
- Señor deme un frasco de Frecuencia.
El farmacéutico la mira y le dice:
- Oiga, señorita, en mis 30 años de experiencia en este negocio, Nunca he oído de ese producto. ¿Es algún perfume nuevo, de la casa Cartier o Carolina Herrera?
- Ay yo no sé. Yo tampoco conozco esa agua e colonia, pero ahora que fui pal ginecólogo, me dijo que tenía que lavarme las partes con Frecuencia.
Un joven se encuentra poniendo en las paredes de una farmacia con un spray de pintura, “Los condones que venden aquí se rompen”; un viejito como 80 años, lo observa y se le acerca, le pide pote de pintura al muchacho y escribe en la parte de abajo, “y se doblan”
Hasta nuestro próximo contacto.
*Medico. Magíster en Salud Pública.
Twitter: @drcarlosbasanta