Me despierta el sonido de la lluvia. Dios va a seguir lloviendo?; la noche anterior escuchaba la magnitud de los daños y el numero de damnificados que este inusual estado del tiempo esta produciendo en Venezuela, deslizamientos, pequeñas represas que no han podido ser aliviadas a tiempo y han inundado pueblos enteros, carreteras rotas; un país virtualmente paralizado, en una época que por tradición es de grandes movilizaciones. Una situación que requiere la fuerza solidaria de toda una nación, de un pueblo que actúe como un solo hombre ante la adversidad; así hemos sido siempre, prestos a acudir al llamado del hermano en desgracia; por eso no he podido asimilar todavía la irresponsabilidad de quien ha sido designado por la historia para unificar los esfuerzos, de manejar un discurso de división y de odio entre venezolanos.

 

Confundido con el ruido del agua del lavamanos, aun retumban en mi cabeza, las frases: “En Venezuela hay una lucha de los pobres contra los ricos”, “estamos en una lucha de clases y no hay reconciliación posible”, “nosotros estamos y estaremos siempre en batalla”, “la clase media ni son chicha ni limonada y tendrán que definir hacia donde coger”. Me miro en el espejo y me pregunto: ¿En este maremágnum ideológico, en este arroz con mango, debo tomar un lugar en esta división?, ¿soy escuálido o chavista ante la tragedia?, o soy venezolano al igual que el que ha perdido su casa por las lluvias, ¿ anda solicitando la desgracia el carnet del partido o el color de la franela?.  Aprovechar el dolor y el sentimiento de desespero ante los escases y la indefensión de sentirse en la calle con fines políticos, dividiendo a los hermanos es criminal, es un asesinato a la solidaridad, es matar vilmente a la esperanza.

 

Venezuela, hasta 1998 fue un país donde la tolerancia, la hermandad entre vecinos, el compadrazgo, independientemente del sacramento o no, era nuestra forma normal de comportamiento. Fomentar la división entre chavistas y escuálidos, entre pobres y ricos, entre blancos y negros, no encaja, con nuestra idiosincrasia, el grado de fanatismo de lado y lado ha disgregado la sociedad y la familia con repercusiones sicológicas a todo nivel. Si bien la adversidad debe unirnos como pueblo, la Navidad y la próxima conmemoración del nacimiento del niño Dios, debe estrechar mas nuestros lazos de amistad; la pascua es un regalo de Dios que nos señala el potencial que tenemos del amor, del perdón, de compartir. Nos pone presente el más grande de los mandamientos: "Amaos los unos a los otros", "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Cuanta reflexión merecen esas frases en este momento histórico de nuestra Venezuela.

 

Hasta cuando vamos a seguir fomentando la división, y utilizando el odio como instrumento, debemos tener presente, que el odio no es un simple sentimiento, es una enfermedad y mucho más allá, es un problema de salud pública que lamentablemente no puede ser medido por carecer de indicadores directos, pero sus expresiones, traducidas en aumento de la violencia señalan la magnitud de sus efectos. El odio sin lugar a dudas es un problema de salud mental, altera la capacidad de percepción y juicio, es una enfermedad social e incluso es una alteración del pensamiento político. En el plano individual el odio, sobre manera el que no se expresa en forma violenta y se reprime se transforma en rencor y resentimiento, que se apoderan de nuestra paz, perpetúan la rabia y el estrés con todas las consecuencias orgánicas por lo cual enferma quien odia. Estamos en Navidad y la mejor medicina contra el odio es el amor y el perdón, nuestro país, necesita urgente una reconciliación general, el llamado debe ser a la paz y a la tolerancia.

La inducción oficial a la lucha de clases, obedece a una visión ideológica; al Marxismo, a la necesidad de acelerar el transito hacia un estado que dista mucho a nuestra idiosincrasia. Embarcarnos en una guerra entre hermanos, que según Marx solo acabarían cuando las clases dejen de existir. ¿Es eso lo que queremos?.

El Maquiavelismo como manual de comportamiento político, está enfermando al país, los postulados de “divide y vencerás” y “el fin justifica los medios”, atribuidos a Maquiavelo están siendo utilizados como instrumentos de dominación. Pero a los ideólogos de la revolución se les ha olvidado que Maquiavelo también dejo lo siguiente: “Un hijo puede llevar con resignación la pérdida de su padre, pero la pérdida de su patrimonio puede reducirle a la desesperación." “Todos lo estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento”

 

 VACUNA CONTRA EL ESTRÉS

El presidente ha señalado que atendiendo la crisis producida por las lluvias, tomará medidas económicas y financieras. Ojala no se lo ocurra fusionar el Banco de la Mujer con el Banco de Semen; porque para saber los resultados vamos tener que esperar nueve meses.

 

-       Sabes que Diego llegó a las drogas de adulto, porque cuando chico jugaba mucho con Barbi.

-       Jugaba mucho con las muñecas Barbie?

-       No, con Barbitúricos

 

En Cuba está prohibido el internet porque los cubanos se pueden escapar navegando

 

-       Como maúllan los Gatos en Cuba?

-       Miaaaaaaami,….. Miaaaami,…. Miaaami.

 

*Medico. Magíster en Salud Pública.

Twitter: @drcarlosbasanta