La memoria es una de las funciones del cerebro más extraordinaria; en la época de las computadoras diríamos que es un maravilloso disco duro de capacidad ilimitada donde podemos guardar nuestras experiencias, todo los datos referentes a nuestras vida y entorno; es una gran biblioteca con una infinita colección de recuerdos, que nos permite enfrentar a la vida con el conocimiento de sus riesgos y por supuesto de todo lo bueno que significa vivir. Sin ella y sin todo su contenido sería imposible sobrevivir, la memoria nos permite a través de lo pasado atesorar el presente y acariciar el futuro. Desde el punto de vista del tiempo existen varios tipos de memorias: La memoria inmediata que nos permite recordar lo que acaba de suceder y que dura fracciones de segundos, la memoria a corto plazo, relacionada con lo vivido en los pasados minutos y la memoria a largo plazo que nos permite recordar lo ocurrido horas, días y años antes.  Sin embargo, solo algunos de los hechos que se obtienen en la memoria inmediata se guardan en la memoria a corto plazo, y de estos muy pocos logran consolidarse como recuerdos a largo plazo.

 

No todo lo que vemos, oímos o palpamos tiene que ser obligatoriamente recordado, incluso los olvidos momentáneas o los lapsus como señalan algunos no tienen porque ser considerados anormales, pero cuando los olvidos se hacen muy frecuentes y repetitivos pudiendo llegar incluso a afectar nuestra normal cotidianidad y tener preocupados a familiares o amigos por acciones como repetir una pregunta en varias ocasiones en una misma conversación, olvidarse de cómo realizar tareas rutinarias, colocar objetos en lugares inusuales o perderse en lugares conocidos, entre otras manifestaciones, puede ser señal de que algo no anda bien, podemos estar sufriendo de un trastorno de la memoria, los cuales pueden ser debido a muchas causas que van desde traumatismos de cráneo, enfermedad cerebro vascular, alcoholismo, malnutrición, tumores, trastornos hormonales y enfermedades degenerativas como el Alzheimer; ante lo cual debemos romper el mito de asociar los problemas de memoria como una situación propia de la edad.

 

Por mucho tiempo se ha señalado que el olvido, más propiamente las alteraciones de la memoria son consecuencias de la edad, una situación normal que comienza en la edad mediana y que se profundiza en la vejez, ante lo cual no podemos hacer nada, craso error, lo único que hemos hecho es cronificar un cuadro que pudo haber sido corregido si hubiésemos buscado la causa. Todas las personas sufrimos el desgaste de los años en todo el organismo y el cerebro no escapa de ello e indudablemente perdemos capacidad de memoria, pero la capacidad de asociar hechos con otros no se pierde, así como la memoria a corto y a largo plazo, de lo contrario como se explicarían los logros intelectuales y científicos de los mayores de 50 años. Un estudio nos señala que entre los individuos mayores que consultan por problemas de memoria el 60% son atribuibles a causas que no tienen ninguna relación con la edad, 20% a causa de ansiedad y depresión y solo el 20% restante resulta en un problema de memoria propiamente dicho que incluye la demencia senil; lo que nos exige la necesidad de buscar las causas asociadas a las fallas de memoria, y dentro de ellas esta cobrando especial importancia en los últimos tiempos la Diabetes como causante de trastornos de la memoria.

 

Los estudios que señalan los problemas de utilización y niveles bajos de insulina en las células cerebrales de la memoria de los pacientes con Alzheimer, han hecho pensar a sus autores que la enfermedad de Alzheimer podría ser un tipo 3 de diabetes. Pero más allá de la denominación que pudiese dársele; la alta incidencia y prevalencia de Diabetes y de Resistencia a la Insulina ligada a la Pandemia de obesidad, podría ponernos a las puertas de un grave problema de salud pública en relación con los trastornos de la memoria. Lo cual nos obliga a profundizar en la prevención de la Diabetes y la obesidad, además de un adecuado control glicémico en el paciente diabético para evitar este tipo de complicaciones.

Es necesario que el estado y todos lo que de alguna manera tenemos que ver con salud, incluyendo al individuo y la familia hagamos prevención primordial en salud, lo cual no es más que evitar los factores de riesgo para la diabetes con la adopción de estilos de vida saludable.

 VACUNA CONTRA EL ESTRÉS

Mamá, mamá, ¿tu tienes buena memoria para las caras?
- Sí, ¿por qué?
- Porque acabo de romper sin querer el espejo del baño, y desde ahora te vas a tener que maquillar de memoria.

 

Están una pareja de viejitos conversando en la cama antes de dormir, el viejito le pregunta a la viejita:
- Oye mi amor, ¿quieres sentir algo duro...?
La viejita alborotada le contesta:
- Siiii.
- Pues tírate al suelo

 

Doctor tengo problemas con la memoria todo se me olvida, me puede tratar?

- Si como no, pero me puede pagar ahora?

 

 

*Medico. Magíster en Salud Pública.